La Reserva Pacuare, en el Caribe de Costa Rica, protege tortugas marinas desde 1989. Estos animales son de las especies más difíciles de monitorear y proteger, ya que pasan más del 90% de sus vidas en el océano, por lo tanto, la mayoría de las prácticas utilizadas para evaluar las tendencias de las especies se implementan en las playas de anidación.
La Reserva protege a cuatro especies diferentes de tortugas marinas y recibe cada año a cientos de estudiantes, voluntarios y visitantes que ayudan a recopilar datos para evaluar el estado de conservación de cada especie, principalmente la tortuga baula (Dermochelys coriacea), cuya subpoblación del Atlántico norte se encuentra en peligro de extinción (UICN, 2019).
Tortuga baula (Dermochelys coriacea)
La actividad principal del Programa de Conservación e Investigación de Tortugas Marinas es el monitoreo y la protección de la segunda población de anidación más grande del mundo de tortugas baula a lo largo de 6 kilómetros de playa. La temporada de anidación se extiende de febrero a agosto, alcanzando su punto máximo entre abril y mayo. La Reserva Pacuare recibe un promedio de 548 nidos de tortuga baula por año, lo que la convierte en la quinta playa de anidación más importante para esta especie en todo el mundo.
Este es un programa integral, ya que recopila datos biométricos sobre las tortugas hembra que anidan, protege los nidos mediante su reubicación y educa en conservación a grupos de estudiantes nacionales e internacionales.
El éxito en la eclosión de los nidos se ha analizado como indicador de decisiones efectivas en la gestión de los nidos. Desde 1994 se han utilizado distintos tratamientos para la conservación de los nidos: in situ, nidos que se dejan en el sitio donde la tortuga decidió anidar; nidos reubicados a lo largo de la playa, estos se relocalizan en puntos donde la erosión de la playa no es un problema y nidos que se trasladaron a viveros (a partir de 2018). Durante la temporada de 2022, los nidos in situ tuvieron solo un 16% de éxito de eclosión de tortuguitas, en comparación con el 78% reportado en los viveros.
La presencia de los guardas de seguridad y los censos nocturnos realizados por asistentes de investigación, estudiantes, voluntarios y visitantes ha reducido el saqueo de un 98% de los nidos (en 1989) a tan solo un 0.7% (en 2022). Actualmente, más de 23,000 hembras han sido marcadas, se han salvado más de 1.8 millones de huevos y se han liberado al mar más de 750,000 tortuguitas.
Censo nocturno de tortugas marinas
Además de monitorear la anidación de las tortugas baula, también se protege a la tortuga carey (Eretmochelys imbricata), que se encuentra en peligro crítico de extinción; y la tortuga verde (Chelonia mydas), que se encuentra en peligro de extinción. Asimismo, se han registrado algunos nidos de tortuga cabezona (Caretta caretta) con menor frecuencia. Desde el 15 de febrero hasta el 31 de octubre de cada año se realizan censos nocturnos para monitorear las anidaciones. Cada noche se realizan al menos tres censos, con dos asistentes de investigación (o un asistente acompañado de estudiantes). Los censos tienen una duración de 4 a 6 horas por turno, lo que depende directamente de la cantidad de hembras anidando en la playa.
Cada tortuga encontrada durante los censos se identifica con dos etiquetas metálicas en sus aletas posteriores (en la membrana uropigeal) y un microchip en el hombro derecho. Los eventos se clasifican como nidos o salidas falsas (si se observa un intento de anidación que no se concluyó con éxito). También se realizan censos matutinos, uno en cada estación de la reserva (norte y sur), para monitorear ambas secciones de playa a partir de las 5 de la mañana y registrar cualquier nueva actividad de anidación y marcar los puntos GPS de las ubicaciones originales de los nidos.
La reubicación de los huevos es un método que se utiliza con frecuencia para mejorar el éxito reproductivo de las poblaciones amenazadas de reptiles, trasladando físicamente los nidos a un área donde es más probable que eclosionen. A lo largo de los años, la reubicación de nidos ha sido una estrategia de conservación empleada en la Reserva Pacuare para proteger los nidos de los saqueadores, las mareas crecientes y la erosión de la playa.
Todos los huevos se vuelven a enterrar en huecos excavados, imitando el tamaño y la forma natural de los nidos de las tortugas. Tanto los nidos colocados dentro como fuera del vivero se protegen con canastas revestidas de malla antiáfidos para minimizar la depredación de moscas y cangrejos, y controlar la salida de las tortuguitas. Desde su implementación en 2018, nunca se ha registrado saqueos dentro del vivero.
Vivero de nidos de tortugas marinas
En total, se han observado 81,000 hembras diferentes en la Reserva Pacuare desde 1989, y más de 5,000 se encontraron solo una vez durante todo el período de observación. Además, se han reportado aproximadamente 21,000 nidos de tortuga baula en el mismo período.
El Programa de Conservación e Investigación de Tortugas Marinas de la Reserva Pacuare es un ejemplo destacado de los esfuerzos dedicados a la protección y conservación de estas especies amenazadas. Gracias a los esfuerzos de monitoreo, reubicación de nidos y bioalfabetización, se ha logrado un impacto significativo en la supervivencia de las tortugas marinas en la región. Si desea apoyar este y los demás programas de conservación e investigación de la Reserva Pacuare puede realizar una donación aquí, o aportar de otras maneras, como se indica aquí.